Medicina Nóbel

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jueves, 2 de abril de 2015

La nueva forma de sentirse jóven después de los 70 años


Emma Moroncini de 91 años asumió su coraje junto a su vitalidad al caminar a pié desde Tucumán hasta llegar a la Basíllica de Luján en la capital después de 3 meses.
La proposición de "cuarta edad" tiene su lógica por efecto de la longevidad y la esperanza de vida, de los cambios sociales y especialmente, por el corrimiento de los 65 años, que a la antigua daba el inicio de la vejez o tercera edad.
En la Argentina, los mayores de 68 años son más de 5, 7 millones de personas y representan el 14% de la población. Esa franja etaria de más de 70 desconcierta y tiene hoy una difícil categorización y especialmente por la porción creciente de adultos vitales, de clases media y alta, que en su séptima década se jactan de un excelente estado físico y mental, porqué en su mayoría son abuelos deportistas, hiperactivos y actualizados en la vida moderna.
En "Diario de la guerra del cerdo", Adolfo Bioy Casares llevó al enfrentamiento entre la juventud y la vejez en extremo, al plantear una guerra juvenil de caza de ancianos porque Bioy despreciaba la vejez, atribuyó a los jóvenes en ése relato una violencia irracional, incapaz de descifrar el motivo que los urgía a perseguir a los mayores. Sin embargo sembró los indicios al describir: "En ésta guerra los chicos matan por odio contra el viejo que van a ser" y profundizó "A través de ésta guerra [los jóvenes] entendieron de una manera íntima más dolorosa que todo lo viejo es el futuro de algún joven".
Tanto Cohen como Álvarez Giesso citaron a Bioy justamente para explicar los temores que la vejez produce en la sociedad junto con el desafío que se presenta con el esfuerzo y dinero- que conlleva a llegar plenos, vitales, satisfechos y felices al pasar el umbral los 60. Sean éstos sexalescentes, como se autodenominan en las redes sociales, o adultos mayores, miembros plenos de la tercera edad o integrantes de una nueva casta que se pondera al actualizar el renovado combo de salud, vitalidad y deseo de ser armoniosamente feliz pasados los 60, y ellos mismos afirmaron sentirse todavía jóvenes y así lo desean proyectar.
En un estudio, casi la mitad de los participantes de 60 años aseguró sentirse al menos 10 años más joven que su edad biológica, mientras que entre los 65 y los 74 años, un tercio dijo sentirse entre 10 y 19 años más joven que en su edad real.
 ¿Rapto de optimismo o un indicio que habría que repensar las propias creencias respecto de la edad vital?
El sexólogo Adrián Sapetti, autor del libro, Sexo:"Un camino hacia el placer compartido" (Ediciones Lea), desmitifica la creencia surgida de las propias voces de ésa generación: "No se puede afirmar que a partir de los 60 haya un renacimiento sexual, sino más bien una manera diferente de vivir la sexualidad: el varón tardará más tiempo en lograr la erección y la mujer posiblemente presente un deseo sexual hipoactivo", pero ambos redescubrirán sus zonas erógenas y encontrarán una manera más tranquila de hacer el amor, ya que supone que uno llega a ésa edad conociendo cuáles son sus limitaciones, pero también sus potencialidades.
Pueden pedir por lo que les gusta y orientar cómo deben ser estimulados, es el encuentro con un nuevo erotismo, "Al extenderse la vida, todas las etapas vitales también se alargan y cambian los comportamientos. Y los de 60, Viagra y gym mediante, hoy se asemejan más a la gente de 40 en sus comportamientos que a sus madres a esa edad. Ese grupo va claramente in crescendo", apunta la doctora en psicología Mirta Cohen, especialista en adultos mayores.
Según cuenta Cohen, la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) elevó al Congreso una propuesta para extender a 68 años para las mujeres y a 70 para los hombres la edad jubilatoria. "Hoy existe una discriminación al revés, por parte de los jóvenes que buscan su lugar en el mercado laboral y en la sociedad". 
Pero nosotros creemos que cuánto más tarde sea obligada la gente a jubilarse, mayor salud mental habrá en ésa franja, ya que cuándo uno se retira, aumentan las depresiones. Esto sucede por quedarse fuera de la red social" y "En líneas generales -agrega Cohen-, la vejez comienza cuándo decae el deseo, fallan las fuerzas y se pierde el sentido de la vida, y éso pude pasar a cualquier edad". Aunque lamento ser cruel, no es cierto que a los 60 sobrevenga un renacimiento sexual.
Las hormonas trabajan mucho menos", corrige, aunque hace meses comenzó a salir con un abogado de su misma edad ya que me identifico con la gente de mi edad.
Soy hiperactiva culturalmente, tengo avidez por las nuevas vivencias y soy optimista, y la verdad es difícil encontrar a alguien así de mi edad. Aunque si bien es cierto que cada vez somos más las personas saludables, curiosas y activas, no tengo en mi entorno cercano nadie así", se lamenta cuándo se le pregunta sobre la clave para mantener la "juventud espiritual".
 Las voces anónimas en las redes sociales ya los bautizaron y los llaman "sexalescentes", en alusión a un nuevo tipo nuevo de despertar sexual.Una nueva adolescencia para un erotismo renovado, en la que la irrupción del sildenafil (Viagra) también el yoga y los deportes, ayudan.
Diversos estudios han dado cuenta de ésta "novedad demográfica": uno reciente del Pew Research Center, de los Estados Unidos, arrojó que en ése país el 79% de los encuestados de entre 60 y 74 años ubicó la vejez después de los 85 años, y como dice Schnaider, "los años vividos no dejan de ser un gran privilegio".

Tokio, 1º abr-15 (EFE).- La persona más vieja del mundo, la japonesa Misao Okawa, falleció hoy a los 117 años de edad por causas naturales, según informó la cadena pública nipona NHK.
Okawa murió poco antes de las 7 de la mañana hora local (22.00 GMT del martes) en la residencia geriátrica de Osaka (oeste de Japón) donde residía, según dijeron fuentes médicas al citado medio. Desde febrero de 2013, Okawa era reconocida como la mujer más longeva del mundo por el Libro Guiness de los Récords, y desde agosto de ése mismo año como la persona viva más vieja.
La mujer había celebrado su 117 cumpleaños hace casi un mes, en una ceremonia que atrajo gran atención mediática y recibió la visita de familiares, vecinos y autoridades locales.
Okawa nació el 5 de marzo de 1898 en Osaka, y tenía tres hijos, cuatro nietos y seis bisnietos, y sus secretos para la longevidad eran vivir sin estrés, dormir al menos 8 horas diarias y comer lo que le gustaba y de forma abundante, según explicó en varias ocasiones a los medios nipones.
Hasta los 110 años, Okawa era capaz de caminar y de valerse por sí misma, aunque en los últimos años de su vida se desplazaba en silla de ruedas y estuvo internada en un geriátrico.
El hombre más viejo del mundo es también un japonés y se llama Sakari Momoi, que celebró su 112 cumpleaños el pasado 5 de febrero de 2015.

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