Medicina Nóbel

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sábado, 27 de octubre de 2012

REPRODUCCIÓN: congelar óvulos


Las dificultades en las relaciones de pareja que impone la vida moderna en el desarrollo profesional o académica está llevando cada vez a más mujeres a postergar su maternidad hasta su límite de fertilidad, aunque socialmente sea aceptada hasta los 40 años, que son los 30 de hace dos décadas en el reloj biológico, ya que la capacidad femenina de reproducir comienza su declive después de los 35 años. 
Ante ésta situación los principales centros de medicina reproductiva del país indicaron que en los dos últimos años se duplicaron las consultas de mujeres que quieren congelar o vitrificar sus óvulos para preservar su posibilidad futura de ser madres biológicas en la cuál la mayoría de ellas sobrepasan los 37 años por algún fracaso de pareja, o durante su  profesionalización no pensaron en la maternidad.
La criopreservación de óvulos o esperma en los hombres, así como tejido ovárico es una técnica que ayuda a evitar los efectos destructivos de la quimioterapia y radioterapia.
Los tres conceptos del problema más difundidos y discutidos son mi carrera, pareja y reloj biológico como tema más recurrente entre las mujeres, cuándo se estabilizan económicamente y cumplen su aspiración ya tienen 37años y ser madre no encuadró darse hasta entonces, el deseo se convierte en una incógnita.
En los últimos tres años las treintañeras visitaron los centros de medicina reproductiva por motivos laborales o personales en no ser madres y quieren congelar sus óvulos para más adelante.
Según las últimas estadísticas el 54% de los bebés nacidos en Capital son hijos de mujeres mayores de 35 años y un 26% son de más de los 35 años ya que una de cada tres es profesional con estudios universitarios, y considerando según su reloj biológico convencional la mujer de 25 años tiene el 50% de chance de un embarazo que aquella de 40 con solo el 10%.
La posibilidad de poner un seguro a sus óvulos para preservar su maternidad tardía es la razón fundamental para ser madre a mayor edad, aunque lo ideal es antes de los 30, ó vitrificar óvulos no más de los 37 años ya que la fertilización no se puede prolongar más de los 50, porque se incrementan los riesgos gestacionales.
La criopreservación de óvulos es el método que permite guardarlos a muy baja temperatura de -196°C en nitrógeno líquido para vritrificarlos, luego se los preserva deteniendo su proceso metabólico y guardarlos en recipiente codificados mantenidos en recipientes a -196°C, y para volver a reutilizarlos se colocan los óvulos en una solución a 37°C para eliminar la sustancia criopreservativa de su interior.
Esta técnica de criopreservación es una herramienta invalorable para proteger la fertilidad  cuando hay que realizar un tratamiento oncológico de cáncer y según los datos estadísticos de la Agencia de Investigación sobre la enfermedad, la tasa de mortandad ha bajado entre el 0,6% y 1% anual y la sobrevida surge ahora más tardía pero pueden producirse problemas cardivasculares, óseos, pulmonares y consecuentemente de fertilidad.
La radiación y la quimio producen daños irreversibles en la reproducción y para ello la disciplina de la oncofertilidad pretende prevenir los tratamientos oncológicos congelando óvulos, esperma y ovarios completos.
En el cáncer testicular en los hombres puede causar disfunciones sexuales como la consecuencia de la infertilidad al igual que el impacto de la quimio sobre los espermatozoides, y para ello hay que diseñar protocolos específicos de intervención en cada caso.
La congelación y vitrificación del tejido ovárico permite preservarlo indefinidamente y en el futuro ése tejido podrá madurase "in-vitro" lo que permitirá generar óvulos.
Los tratamientos de vitrificación de óvulos cuestan de U$S 2500 a 3000 según los distintos centros asistenciales y U$S 40 mensual de manutención de la criofertilización, y la mujer debe someterse al tratamiento de estimulación ovárica para almacenar de 8 a 10 óvulos por tiempo indefinido para preservar la salud reproductiva de la mujer.