Medicina Nóbel

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miércoles, 27 de abril de 2011

"101 lugares para tener sexo"

El lugar donde frecuentemente tenemos sexo -o dónde, ó cómo nos gustaría tenerlo- como otra forma de conocer nuestros verdaderos deseos, y así poner el límite a nuestras fantasías sería de la cama al living, del balcón a la plaza; ya que el imaginario sexual no tiene límites y para algunos se convierte en una obsesión planificar el escenario del próximo encuentro, y aunque les parezca impensado hay personas que viven obsesionadas por variar el escenario de sus relaciones sexuales.
Para éstos fanáticos y tantos otros curiosos llegaron a publicarse libros tales como "101 lugares donde tener sexo antes de morir" de sus autores, Marsha Normandy y Joseph St. James que supieron descubrir todo un mercado hambriento de adrenalina, buscando creatividad con ciertas "patologías" de fantasías más severas.
La cama es como sitio más formal y tradicional de encuentro, pero existe un ranking variado de "colchones alternativos" que nos permiten experimentar un cambio para abordar emociones y sensaciones acordes a la calidad y estilo de vida sexual de cada quién.
Algunos amantes inocentes creen transgredirlo todo al hacerlo en el auto, en el ascensor o lo vienen planeando hace varios veranos hacerlo en la playa, hay quiénes llegan a pensar en estrategias más extremas para pautar encuentros en espacios públicos, y hasta se entrenan también justo para escapar antes de ser detenidos por las fuerzas de seguridad, y ésta práctica "comunitaria" extrema es conocida como dogging, ya que hombres y mujeres anuncian, generalmente vía Internet, día y hora (así al igual que los perros por eso "dogging"), "cruzarse" en una plaza, cine, museo, baño público, etc.
En Londres como en algunos otros países de Europa, se multiplican a diario los adictos al sexo en espacios públicos, y en los últimos años el sexo virtual se convirtió en un escenario cotidiano sin la necesidad de roce humano, incluso hay quiénes juegan al "sexo en red" pared mediante, de cuarto a cuarto contiguo.
No es necesario sentirse exhibicionista para tener sexo en un lugar que no sea la casa o un hotel alojamiento, ya que muchos albergues transitorios despliegan todo una variedad de cuartos temáticos y no descansan pensando en nuevos estilos y decorados ambientes como la noche Egipcia, el Lejano Oeste, Las Mil y una Noches, la Baticueva...para variar sus permanentes fantasías eróticas.
La necesidad elemental suele ser "romper la rutina", así como muchas parejas pasan de la cama al living y de ahí a la cocina o al balcón, después necesitan ir más allá porque se quedaron sin ambientes nuevos.
No se imaginan cuántas parejas rompieron el "chanchito" y las paredes para sumar un jacuzzi en el baño, o en la terracita, más allá del tender, así como quiénes cansados del costo y tiempo les llevaba prender el fuego, hoy tienen puestas "piñas y otros adornos" donde antes funcionaba la afrodisíaca chimenea.
Ciertos "amantes del hogar" merecen una mención especial ya que los qué, después de haber invertido en kilos de sales, packs de velitas y frascos de aceite, descubrieron los encantos de hacerlo sobre el lavarropas, aprovechando el movimiento estímulado del centrifugado.
Después del templo sagrado del hogar lo que suele aparecer como recurrente es la fantasía de integrar aquellos otros espacios del cotidiano: el súpermercado de la esquina, la carnicería, el taller mecánico, el gimnasio y la cama de pilates, el banco o la fuente de la plaza, el ascensor, el garage, el auto, el remise...
¿Y vos, según tus fantasías en qué lugar estas pensando?

1 comentario:

Sex Shop dijo...

Muy buenoooo!!!!!!!