Este nuevo fármaco es una vacuna terapéutica diseñada para que el sistema inmune produzca una respuesta con anticuerpos frente a la angiotensina II, un péptido implicado en la regulación de la presión sanguínea de efecto vasoconstrictor. que desencadena el desarrollo de la hipertensión.

Las reducciones fueron de 25 mmHg en la presión sistólica y de 13 mmHg en la diastólica. Comparado con el grupo placebo, las diferencias alcanzaron significación estadística.
Otro de los aspectos a tener en cuenta es que la inhibición de la angiotensina II producida por la vacuna resultó aumentos muy bajos en los niveles sanguíneos de renina, característicos cuando se utilizan inhibidores de del sistema renina-angiotensina, como reacción a los niveles de ésta. También pudo observarse que la vacuna conseguía niveles de anticuerpos suficientes para la inhibición de la proteína durante un periodo de hasta cuatro meses.
Otro de los aspectos a tener en cuenta es que la inhibición de la angiotensina II producida por la vacuna resultó aumentos muy bajos en los niveles sanguíneos de renina, característicos cuando se utilizan inhibidores de del sistema renina-angiotensina, como reacción a los niveles de ésta. También pudo observarse que la vacuna conseguía niveles de anticuerpos suficientes para la inhibición de la proteína durante un periodo de hasta cuatro meses.
Los títulos de anticuerpos obtenidos fueron dosis dependientes —en este estudio se valoró la administración de dosis de 100 y 300 microgramos— que se tradujeron en disminuciones de la presión arterial estadísticamente superiores con la dosis más alta.
La vacuna fue muy bien tolerada en todos los pacientes.
Además de las reducciones de la presión arterial obtenidas. hay otros factores que apoyan el desarrollo de la vacuna como el mejor cumplimiento terapéutico, que no siempre es el idóneo con el tratamiento oral con el que los pacientes se ven obligados a la ingesta diaria de la medicación. Así la posibilidad de administrar una sola dosis de vacuna con posibilidad de otra nueva dósis cada cuatro o seis meses podría favorecer la adherencia terapéutica como una mejor valoración.
Fuente: Gaceta Médica Digital
Además de las reducciones de la presión arterial obtenidas. hay otros factores que apoyan el desarrollo de la vacuna como el mejor cumplimiento terapéutico, que no siempre es el idóneo con el tratamiento oral con el que los pacientes se ven obligados a la ingesta diaria de la medicación. Así la posibilidad de administrar una sola dosis de vacuna con posibilidad de otra nueva dósis cada cuatro o seis meses podría favorecer la adherencia terapéutica como una mejor valoración.
Fuente: Gaceta Médica Digital
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