Medicina Nóbel

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domingo, 5 de febrero de 2017

Descubren bacteria probiótica que puede mejorar la longividad



30/01/2017 | CIENCIAS BIOLÓGICAS Y DE SALUD

Descubren bacteria intestinal probiótica relacionada con la longevidad que hasta ahora fue probada con éxito en el Caenorhabditis elegans, un gusano cuyas vías regulatorias del envejecimiento son muy similares a las del ser humano.
Un estudio realizado por científicos de la Universidad Nacional de Rosario del que participan investigadores y becarios del CONICET, publicado en la prestigiosa Nature Communications, reveló que la bacteria probiótica "Bacillus subtilis"(consumida desde tiempos milenarios en alimentos por la población de ciertos países asiáticos como Japón) tendría, además de sus efectos beneficos sobre el sistema inmunitario, por la propiedad de retardar el envejecimiento y prolongar la vida humana a través de la colonización en el intestino.
Aunque por ahora sus efectos fueron probados solamente sobre el gusano nemátodo Caenorhabditis elegans, los científicos aseguran que las vías regulatorias del envejecimiento de éste gusano usado como modelo animal están conservadas a lo largo de la evolución y básicamente son las mismas que las de los seres humanos. “Lo que pudimos observar en el caso del nematodo es que además de alargarles la vida tiene el efecto de mantener la vitalidad (healthy lifespan). Esto extrapolado a humanos significaría vivir más allá de los 120 años con una vitalidad de una persona de 50”, apunta Roberto Grau, investigador independiente del CONICET en el la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la Universidad Nacional de Rosario (FBIOyF, UNR) y director del trabajo.
Hasta el momento se sabía que ésta bacteria producía un efecto beneficioso sobre la inmunidad innata en células y mecanismos que defienden al individuo de infecciones no específicas, lo que implica que brinda protección contra el desarrollo de enfermedades infecciosas, neurodegenerativas e incluso el cáncer. “Esto significa que Bacillus subtilis protege contra las dos causas de muerte más habituales: las enfermedades y el envejecimiento de células, tejidos y órganos”, afirma el investigador.
Los científicos pudieron comprobar primero que éste probiótico era capaz de retardar el envejecimiento de las neuronas y posteriormente que también tenía el mismo efecto sobre el individuo completo y no solamente sobre un tipo celular en particular. Pero el descubrimiento no se redujo a verificar los resultados benéficos de la bacteria, sino que también los investigadores pudieron comprender las bases moleculares del mecanismo antienvejecimiento. “Sabemos qué genes de la bacteria están implicados en regular qué genes del hospedador que llevan al aumento de la longevidad y, casualidad o no, encontramos que existe una correlación directa con los genes que se encuentran afectados en las personas centenarias que viven hoy en día”, comenta Grau.



La bacteria B. subtilis tiene la particularidad de formar esporas -células en reposo altamente resistentes- que al llegar al intestino del hospedador (del nematodo o del ser humano) germinan dando lugar a la bacteria activa que forma un biofilm sobre la mucosa intestinal que es responsable de un incremento de la inmunidad innata del hospedador, la neuroprotección y aumento de la longevidad. “Nuestro trabajo demuestra también la importancia de la flora intestinal –conjunto de bacterias que viven en el intestino- en la salud de las personas por su posibilidad de comunicarse (quorum sensing) de forma eficiente, a través de la formación de un biofilm con el sistema inmunológico y nervioso de su hospedador”, resalta el investigador. Grau destaca además que la capacidad de ésta bacteria para formar esporas hace que sea sencillamente incorporable a cualquier tipo de alimento o bebida que al ser consumidos de manera regular producirán los efectos buscados. “Puedo incorporar el probiótico en el alimento o bebida que más me guste o que esté más accesible según mi nivel económico o gustos culturales. Este es otro plus de nuestro trabajo ya que puede traducirse en un futuro cercano en una manera de mejorar la calidad y la duración de la vida de todas las personas de la sociedad”, concluye.



miércoles, 1 de febrero de 2017

"KISSPEPTINA" la hormona que activa la pasión



Investigadores del Colegio Imperial de Londres hicieron públicos sus descubrimientos en la reunión anual de la Sociedad de Endocrinología de Reino Unido, señalaron que un tratamiento con la hormona "Kisspeptina" podría restablecer la función reproductiva en mujeres con bajos niveles de hormonas sexuales y mujeres con infertilidad, su acción activa la liberación de hormonas sexuales que controla el ciclo menstrual y podría restablecer la función reproductiva.
La kisspeptina la produce el gen KISS-1 conocida por su papel supresor de las metástasis del cáncer de mama y el melanoma en humanos, es un regulador clave de la función reproductiva. Los animales y los humanos que carecen de kisspectina no atraviesan la pubertad y siguen siendo sexualmente inmaduros. En un estudio previo, los investigadores mostraron que el tratamiento con kisspeptina conducía a la producción de hormonas sexuales en las mujeres fértiles. En éste estudio, se inyectó kisspectina o suero salino a un grupo de diez mujeres que no tenían la menstruación y eran infértiles. Los investigadores tomaron muestras sanguíneas para medir sus niveles de hormona luteinizante y hormona estimulante del folículo, dos hormonas sexuales esenciales para la ovulación y la fertilidad. La kisspeptina condujo a un aumento de 48 veces la cantidad de hormona luteinizante y de 16 veces la hormona estimulante del folículo, en comparación con el suero salino.
La kisspeptina es una hormona producida en el hipotálamo y en la placenta y codificada por el gen KiSS-1. Su función es fundamental para el desarrollo sexual, puesto que se ha relacionado con la regulación de la secreción de GnRH.


La GnRh, a su vez es una hormona activadora de la secreción de LH (Hormona Luteinizante) y FSH (Hormona Estimulante de Folículos), hormonas sexuales por excelencia. Cuándo se produce el comienzo de la pubertad, tienen lugar pulsos de GnRH que se van produciendo cada vez con mayor frecuencia, hasta que desencadenan la respuesta de la LH, lo cuál se encuentra la “pubertad verdadera”. Por lo tanto, si la Kisspeptina regula la secreción de GnRH estará íntimamente ligada al desarrollo de la pubertad, hasta el punto de que aquellos animales o humanos en lo que esté ausente, permanecerán sexualmente inmaduros.
También los trastornos psicosexuales son comunes que se presenten en parejas que sufren de infertilidad y que de manera frecuente experimentan ansiedad y estrés debido a los problemas por falta tener un hijo.
Según la hormona Kisspeptina (KP) ayuda a aumentar la actividad en las áreas del cerebro que habitualmente son estimuladas por la excitación sexual y el amor.
Para llegar a ésta conclusión, el equipo de investigadores realizó un experimento con 29 hombres jóvenes que les inyectaron una dosis de kisspeptina, y posteriormente fueron sometidos a una resonancia magnética funcional para analizar su actividad cerebral mientras veían una serie de imágenes sexuales y no sexuales. Se observó que cuándo veían imágenes sexuales aumentaba la exitación erógena en las zonas cerebrales que son estimuladas por el deseo sexual y la reproducción. El resultado positivo de la hormona sugiere la interesante posibilidad de que la kisspeptina pueda tener utilidad en el tratamiento tanto de los trastornos psicosexuales como la depresión y los graves problemas de salud en la infertilidad.