Medicina Nóbel

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jueves, 5 de octubre de 2017

"Descubren proteina reguladora del ritmo circardiano"



Los estadounidenses Jeffrey Hall, Michael Rosbash y Michael Young reciben el galardón Nóbel por sus descubrimientos sobre los ritmos circadianos.
Los investigadores estadounidenses han descubierto cómo una proteína, el receptor p75 neurotrofina (p75NTR) que está a las órdenes directas del reloj circadiano del cuerpo o ritmo biológico, y que regula los fundamentales procesos circadianos, la alteración de su función normal puede provocar una desincronización de las funciones metabólicas vitales del cuerpo. El estudio ha identificado la p75NTR como un importante "enlace" molecular entre el reloj circadiano y la salud metabólica.


Originalmente se pensaba que p75NTR sólo era activo en el sistema nervioso, pero estudios posteriores han encontrado que es activo para muchos tipos de células en todo el cuerpo, lo que sugiere que afecta a una gran variedad de funciones biológicas.
En las células individuales se observó que la producción de p75NTR estaba controlada por los genes circadianos reguladores Reloj y Bmal1, que se unen directamente al gen que codifica p75NTR y comienza la producción de la proteína. Pero el hallazgo más importante fue que la producción de p75NTR, al igual que los propios genes del reloj circadiano, oscila en un ciclo de 24 horas de sincronización con el ritmo circadiano natural de las células, y cuándo en el estudio se modificó genéticamente con efecto de luz a un grupo de ratones para que carecieran de los genes del reloj circadiano, se interrumpió la oscilación circadiana de la producción de p75NTR y los niveles de éste cayeron.
Los trastornos del sueño ocurren en el 60-98% en los pacientes con enfermedad de Parkinson, alterando de forma importante su calidad de vida. Los diferentes trastornos del sueño, como son el insomnio y la fragmentación, la somnolencia diurna, la alteración del ritmo circadiano y la apnea del sueño, y éstos trastornos del sueño están infradiagnosticados y en consecuencia a menudo no se tratan.
La asociación de síndrome de apneas-hipopneas (SAHS) en pacientes con narcolepsia se ha descrito en pocas ocasiones. Se revisan los trastornos del sueño encontrados en pacientes con narcolepsia, la prevalencia de SAHS asociado a éstos pacientes y su respuesta a los tratamientos, ya que el 60% de los pacientes con narcolepsia asocia un segundo trastorno del sueño (mayor que la incidencia de coexistencia en la población general, del 20-25% de los pacientes), y los descritos también son los más frecuentes en la población general (SAHS, síndrome de piernas inquietas, movimientos periódicos de las piernas). El 36% de los pacientes con narcolepsia asocia el SAHS.


Analizar el impacto del síndrome de piernas inquietas (SPI) en la calidad de vida relacionada con la salud.
El síndrome de piernas inquietas (SPI) es un trastorno neurológico con una prevalencia de hasta un 15%, cuyo impacto sobre la calidad de vida resulta poco conocido y se concluye que el SPI está asociado con ansiedad-depresión, con un significativo impacto en el sueño, en las relaciones sociales y laborales, y en la calidad de vida relacionada con la salud.

  Efecto luz -oscuridad


Para ello, optaron por investigar al "pez cebra", que posee un patrón de sueño/vigilia similar al de los seres humanos y cuyo cuerpo es transparente, permitiendo tomar imágenes de sus neuronas de forma no invasiva. Varios ejemplares de pez cebra fueron modificados genéticamente para expresar cierta proteína, llamada Procineticina 2 (PROK2), en exceso. Esta sobreexpresión de la proteína provocó que los peces fueran más propensos a conciliar el sueño durante el día y a despertar por la noche, en comparación con los ejemplares de peces cebra no modificados. Curiosamente ésto no parecía depender del ritmo circadiano regular del pez, sino que el efecto estaba influenciado exclusivamente por si las luces estaban encendidas o apagadas a su alrededor.
Los resultados de los experimentos indican que Prok2 puede inhibir el efecto de despertar que normalmente tiene la luz, así como el efecto inductor del sueño por parte de la oscuridad. En éste efecto de sueño provocado por la luz, los investigadores también descubrieron que los niveles altos de PROK2 también aumentaron los niveles de galanina, un neuropéptido encontrado en el hipotálamo anterior del cerebro humano (que desempeña un papel clave en la regulación del sueño).
"Los resultados de nuestro estudio sugieren que los niveles de Prok2 juegan un papel crítico en establecer el equilibrio correcto entre el sueño y la vigilia durante el día y la noche. Aunque los animales diurnos como el pez cebra pasan la mayor parte de su tiempo dormidos por la noche y despiertos durante el día, también toman siestas durante el día y ocasionalmente se despiertan por la noche, similar a muchos humanos”, aclara David Prober, líder del trabajo.

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