Medicina Nóbel

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lunes, 17 de octubre de 2011

"Crean moléculas artificiales de autoreproducción genética"

Ingenieros estadounidenses  crearon un material que sea capaz de reproducirse a sí mismo aplicando el principio del ADN a moléculas artificiales.
Los investigadores de la Universidad de Nueva York intentaron recrear el efecto de la autorreplicación que en la naturaleza viva es habitual. Anteriormente los científicos trataban de copiar los procesos naturales. Ahora se trata de la construcción de una estructura absolutamente artificial, que pueda reproducirse utilizando componentes químicos de su entorno.
La base del nuevo material que los especialistas utilizaron eran fragmentos de moléculas de ADN y los cuatro principales fragmentos (bases nitrogenadas) de éstas moléculas que son complementarios que tienen la capacidad de formar parejas.
La adenina sólo puede unirse con la timina y la citosina con la guanina. De éste modo se mantienen unidas las dos cadenas que forman la doble hélice de la molécula de ADN. En el proceso de la duplicación, según el orden de las bases de una cadena se construye la cadena complementaria.
En cambio, la molécula artificial, creada en base a varios fragmentos del ADN sintético, tiene la forma de una triple hélice, y cada molécula triple, luego se une a una molécula idéntica por una doble hélice (en la imágen). Ya que se utilizan numerosos fragmentos de ADN, y no solo cuatro (como en el ADN natural), se supone que se podrán obtener multitud de combinaciones, cada una de las cuales tendría propiedades específicas únicas.
La compleja construcción de seis cadenas sirvió como “modelo” para las nuevas moléculas artificiales. Para cada fragmento de ADN sintetizaron sus fragmentos complementarios. Luego pusieron la molécula inicial en una solución química que contenía estos bloques de ADN necesarios para construir nuevas moléculas.
Como resultado, surgió una nueva molécula “de segunda generación”, hecha de fragmentos complementarios. Cuando a la solución le agregaron los nuevos componentes necesarios, se formó una segunda copia de la molécula, idéntica a la inicial.
Todavía la productividad de la replicación es solo de un 30%: en el proceso se producen errores y aparecen moléculas hechas de forma incorrecta. Pero los científicos consideran su experimento como un paso importante hacia la creación de un material que pueda reproducirse autónomamente.
De esa manera se podría crear materiales y equipos, que funcionen sin la ayuda del hombre, por ejemplo, como la autoreproducción en las futuras misiones automáticas al espacio lejano.